Si hemos de hablar de aquellos hermanos, los cuales por sus méritos propios, su capacidad de asumir situaciones, y su forma valerosa de portar el nombre de gañan, reciben este adjetivo; nos vemos necesariamente obligado a comenzar por los Ilustres miembros fundadores.
El Comisario
El Comisario
Empezaremos pues por el comúnmente llamado "El comisario". Sus títulos y cargos son diversos, y se extienden mucho más de lo que su nombre muestra, pero por motivos de seguridad de la orden no podemos dar dicha información.
Su herencia gañanil se extiende eones atrás, ni los mejores de nuestro investigadores e historiadores conocen donde comenzase tal linaje.
Reservado por naturaleza y con un carácter sosegado, puede, erróneamente, parecer inofensivo. Siendo esta su primera baza contra los enemigos de La Orden.
Posee evidentes dotes de mando, y un sentido del humor que se podría denominar como particular.
Se ha ganado tanto la confianza como el respeto de sus hermanos uno a uno, sin dejar a nadie impasible, tanto dentro como fuera de la organización.
Con ideales claros, no duda defender estos hasta la muerte, o hasta el descanso, sin olvidar nunca quien es y hacía donde se dirige.
Como dato curioso podemos aportar que para las grandes batallas emplea pintura de guerra azul, dibujando sobre sus mejillas dos lineas oblicuas que muestra el honor y honra de sus antepasados.
El Archiduque
Su cuna noble y su impecable sentido de la moda no han supuesto una ayuda para este miembro de La Orden; el cual, al igual que el resto a debido ganarse su puesto con trabajo duro y sacrificio. Son sin embargo el motivo de el nombre con el que es conocido dentro de la organización.
Son muchas las virtudes que se pueden resaltar de su persona, tanto a nivel físico como intelectual
Es más que conocido el efecto que provoca en el sexo contrario, y que los padres corren ha resguardar a sus jóvenes e inocentes hijas cuando el Archiduque aparece en escena.
De su carácter no se puede evitar resaltar su capacidad de sacrificio hacía sus hermanos y su buen humor inalterable. Pero no podemos pasar inadvertido el dato de que dentro de cada miembro de La Orden se esconde un guerrero esperando por la batalla. Este caso no es una excepción, y detrás de sus buenas maneras y sus modales refinados se agazapa una fiera capaz de defender a los suyos con uñas y dientes.
De El Archiduque debemos destacar la variabilidad de sus gustos musicales y su capacidad para mantener la inconsciencia y la concentración a pesar de los intentos externos por alejarlo de los brazos de Morfeo.
El Führer
Las malas lenguas aseguran que la procedencia de El Pührer no es precisamente gañanil, inclusive insinuan que podría pertenecer a organizaciones contrarias a La Orden. Fuese como fuera a demostrado su valor como miembro de estas en contables ocasiones y nadie osaría dudar de su linaje en su presencia.
Se trata de un estratega nato, con capacidad para guiar a sus tropas en la batalla hasta la victoria asegurada. Con una mente despierta y un intelecto frío y calculador puede llegar a resultar un arma letal que ha supuesto el triunfo para sus hermanos en contiendas anteriores.
Debajo de todo ese musculo y frío calculo podemos encontrar un alma culta e ilustrada, con un concepto firme del honor y de fidelidad a sus hermanos. Lo que lo convierte en el perfecto compañero de batalla, si necesitas que alguien vigile tus espaldas podemos asegurar que te gustaría que fuese el.
Su nombre proviene de su capacidad para mantener el poder, empleando para ello las ocasiones más extremas de La Orden.
El punto más llamativo de su personalidad es su atracción hacía la verdadera esencia de la naturaleza humana. Renunciando a ropas y complementos que lo alejen de esta, le gusta exponer su cuerpo y en ocasiones olvida el contexto en el que lo hace.
El Monarca
Muchos fueron los que criticaron y censuraron que El Monarca se uniese a La Orden, puesto que debido a su herencia real opinaban que debían limitarse a gobernar y no a luchar en una organización secreta como es esta. El por su parte a demostrado su valía y capacidad para gobernar compaginando a la perfección ambas actividades. Su talante y carisma lo convierten en un soberano capaz y sosegado, con nervios de acero y mano firme. Mantiene sus decisiones hasta el final, con una férrea determinación. Las gentes se apartan ante su presencia, cediéndole el paso, el asiento, el turno, o lo que proceda en cada momento.
Con movimientos ligeros y acompasados es un espadachín nato, y prefiere la batalla cuerpo a cuerpo.
Se trata de un soberano cercano y accesible, por lo que se niega a usar su centro real en publico. Para tal función este ha sido sustituido por un paraguas negro, que a su vez es una valiosa arma contra los enemigos más letales y experimentados de La Orden, siendo capaz de cegarlos con un único movimiento de muñeca.
*Por motivos de seguridad las imágenes que se muestran más arriba pueden no coincidir del todo con la realidad.